miércoles, 20 de agosto de 2014

VIDEOARTE POR DEFINICIÓN

Más fácil del que definir el videoarte  es definir qué no es videoarte. Podemos argumentar que no todo video es videoarte, ya que ésta posee como ethos un enfoque en la artisticidad. También difiere del discurso cinematográfico, no siguiendo una organización de relaciones espacio-temporales de las imagénes, o el del ambiente de la sala de cine como un espectáculo ilusionista en una sala oscura para promover una hipnosis y el olvido. Al contrario, promueve el des-ocultamiento del dispositivo, mostrando los fotograma, el cuadro, una pantalla, un parpadeo de la imagen, los patrones que rompen planes de trabajo y reglas para así  exponer el dispositivo al espectador, en lugar de ocultarlo.

El video arte tuvo su inicio en la década de 1960, teniendo como premisa la transmisión de imágenes capturadas en tiempo real y el video sin editar. Conforme a que las tecnologías evolucionan, el videoarte también se volvió para el performance como una autograbación, siempre  con una inclinación crítica en relación al cotidiano, así como al soporte, en la tecnología y el vídeo en sí. En esta época, el movimiento que bien representó al videoarte fue FLUXUS, que se autoproclamaba un antiarte. Según Duguer (2008, p.50), fue
un acontecimiento que se manifestó 

[...] esencialmente en conciertos-happening, en exposiciónes o todavía en manifiestos. Los rituales del arte y sus inatituciones, la propia noción de obra de arte, así como el mercado autorizado por ella, son entonces  sometidos a una burla y una desmitificación  sistemática. Encima de todo, la separación entre el arte  y la vida que se intentaba superar. No se trata de objetospero sí de acontecimientos que sugieran nuevas relaciones con el público. Tampoco se trataba de artistas profesionales.

En Fluxus y más él, el videoarte intercambiada  con diversas corrientes, entre ellos el arte conceptual, el  performance,  el body art, entre otros. Más tarde durante la década de 1970, las video-instalaciones traían un aspecto de vanguardia para el movimiento,  aunque sin relación con el espacio museológico. Eran usadas las multipantallas ​​(monitores), la mezcla de imágenes en vivo de los visitantes, las imágenes propias grabadas y las reproducciones de otros videos. Como Freire (2006)para el videoarte sólo importaba la reciprocidad entre la vida y Arte, trayendo a la subversión del espacio museístico, de normas y patrones.
 
En los años 1970 y 1980 la revolución fue la difusión de instalaciones de artistas, a diferencia del cine, trazando continuamente cuestionamientos de la vida cotidianaMás tarde, el videoarte llega a la TV, con la propuesta de vídeos artísticos. Finalmente, la producción de  videoarte se acabó por consolidarse a través de una forma-cine, el que alimentaba en la década de 1990 una  confusión sobre los conceptos de cine y videoarte.

En años recientes, el desarrollo de la tecnología, software y otros programas digitales colaboran para la elaboración y edición del videoarte. Aspectos cinematográficos pasa a ser parte de algunas obras, en cuanto a otras se propagan por los museos y otros en espacios no convencionales y también por la web. Pero el principio del videoarte siempre estaba presente, como instrumento audiovisual que pretende transmitir una idea transgesora.

(Fragmento del artículo)

MIGLIOLI, Sarah y BARROS, Moreno. Novas tecnologias da imagem e da visualidade: GIF animado como videoarte. En Sessôes do Imaginario | PORTO ALEGRE | ano XVIII | n. 29 | 2013/1  (traducción en español por Armando Andrade Z)

No hay comentarios:

Publicar un comentario